Buscar trabajo puede ser un desafío, pero lo primero que hay que entender es que, nos guste o no, es un trabajo en sí mismo. Y como​ ​t​al, tiene sus estrategias y buenas prácticas para que el proceso sea más eficiente y puedas encontrar una oportunidad que realmente te interese.

Lo primero que hay que hacer es darse a conocer en redes sociales, actualizar el CV, ponerse en contacto con Head Hunters y equipos de RRHH. Sobre todos estos puntos, y más, podría desarrollar un artículo completo, pero en esta ocasión me voy a enfocar en la situación concreta de la organización de la búsqueda y de la entrevista, especialmente en los errores que pueden evitarse y en un próximo artículo te contaremos las herramientas que pueden utilizarse para gestionar e incluso poner piloto automático en el proceso.

Organizar la búsqueda: la magia de los KPIs.

Dicen que lo que no se mide no se puede mejorar. Partiendo de ahí, recomiendo que evalúes cómo te va en las distintas etapas:

• ¿No te llaman?, revisá el CV, enviá más postulaciones (tal vez te falte volumen y confíes solo en 2 o 3), y chequeá que estés postulando a roles que tengan una mínima coherencia con tu experiencia previa: ¿realmente estás listo para ser el Gerente de una empresa, por ejemplo?
• ¿Te llaman mucho pero no pasás de la entrevista con RRHH?, lo más probable es que tu CV te “venda” mejor que vos, probablemente te falte práctica en entrevistas, más adelante te cuento de algunas herramientas que te van a ayudar.
• ¿Llegás a las últimas instancias y no quedás?, este caso es el más frustrante y los factores son variados, el consejo rápido es que demuestres pasión, porque quien quedó en tu lugar seguro se mostró con más ganas que vos.
• ¿Tenés dudas sobre el salario? Preguntá. Así como quien recluta pregunta tu pretensión vos podés preguntar si lo que pedís está acorde a la posición.

Si estás aplicando a varias oportunidades, puede resultar difícil recordar quién te llamó, qué te preguntaron o cuáles fueron las condiciones ofrecidas. Para evitar confusiones y no perder control del proceso, llevá un registro ordenado, puede ser en un básico ​Excel donde anotes entrevistas, contactos, feedbacks​, pasos siguientes y rangos salariales propuestos. Evaluá cómo te va en las distintas etapas.

Entrevistas virtuales: pequeños errores que pueden costarte el trabajo

En un mundo laboral donde las entrevistas virtuales son moneda corriente, muchos profesionales siguen cometiendo errores evitables que pueden marcar la diferencia entre conseguir un empleo o quedar fuera del proceso. Como experto en reclutamiento, veo estos fallos con frecuencia y aquí te comparto los más comunes para que los evites y maximices tus oportunidades.

• Errores tecnológicos no forzados: es fácil dar por sentado que todo funcionará bien hasta que, en plena entrevista, el micrófono deja de responder o el Wi-Fi se corta. La solución es simple: probá antes la plataforma que se usará y tené un plan B (como conectarte desde el celular si la computadora falla). Además, asegurate de que la herramienta elegida por el entrevistador (Zoom, Meet, Teams) funcione correctamente en tu dispositivo.
• La imagen SÍ importa: Hoy es políticamente correcto decir que la imagen no importa, pero todo empleado representa a una empresa y quien recluta visualiza a la persona para ver si va a representar bien a la compañía. Sé vos pero no dejés de mostrar un entorno ordenado en lo que se ve en cámara, vestite acorde al rol deseado y prestá atención a los detalles.
• Mirar la pantalla y no la cámara: En una conversación presencial, el contacto visual es clave. En el entorno digital, ese contacto se logra mirando a la cámara y no a la pantalla. Esto genera conexión y muestra confianza. Practicar este hábito puede hacer una gran diferencia en cómo te perciben los entrevistadores.
• Hablar sin parar: El exceso de palabras puede jugar en contra. Responder con claridad y de forma directa es esencial. Recordá que la entrevista no es un monólogo: escuchar y adaptar tus respuestas a lo que busca la empresa te pondrá en ventaja. Y preguntá vos también: es una forma de demostrar que te interesa el rol, que hiciste tu propia investigación sobre la compañía, sus prioridades y desafíos, etc.
• Olvidarse del “factor humano”: Más allá de títulos y experiencia, lo que más valoran las empresas es la autenticidad y la capacidad de generar empatía. No seas un robot que recita su CV. Demostrá tu personalidad y generá una conversación natural.