En un mundo en el que la digitalización y la automatización crecen cada vez más, para Palmer es fundamental desarrollar habilidades que nos permitan distinguirnos y llamar la atención de las empresas. La capacidad de resolver conflictos, de entablar relaciones basadas en la confianza, la honestidad y el buen trato, así como la creatividad, la empatía y el pensamiento crítico son algunas de esas competencias humanas que benefician a toda empresa y que ninguna máquina o tecnología puede igualar. “Quizás la habilidad más importante de todas es la agilidad para aprender. Las nuevas formas de hacer negocios surgen todo el tiempo, a un ritmo sin precedentes. Las empresas necesitan trabajadores que estén aprendiendo constantemente para poder mantenerse al día con esto, que los empleados tengan un deseo y una pasión por el aprendizaje continuo”, destaca Palmer.

Los títulos universitarios por sí mismos, asegura, dicen muy poco acerca del talento o las cualidades que cada persona tiene, por lo que es necesario que las empresas puedan acceder a un perfil que muestre el expertise acumulado de los candidatos. En ese sentido, la plataforma de la empresa de tecnología educativa Degreed cumple una función esencial, ya que brinda la posibilidad de hacer un seguimiento de los aprendizajes relevantes de las personas y les permite a las empresas conocer de cerca las habilidades de sus potenciales empleados.

En cuanto a las habilidades requeridas por el mercado, Palmer afirma que es esencial que las empresas den a conocer aquellas destrezas que necesitan y, además, que estén atentas a las aptitudes demandadas por la competencia, de manera de poder ofrecerles a los futuros empleados una suerte de guía para saber en qué habilidades enfocar el aprendizaje. Especialmente, cuando se trata de cuestiones relacionadas con las últimas tecnologías, ya que es necesario que las personas se mantengan continuamente actualizadas.

Para potenciar el desarrollo de sus talentos, los líderes de las empresas deben seguir una serie de pasos. En primer lugar, deben preguntarse cuáles son las habilidades que necesitan y comunicarlas al resto de la compañía. En segundo lugar, los líderes deben dilucidar los puntos fuertes y débiles de la empresa, de manera de poder determinar qué aspectos mejorarían con la inclusión de esas habilidades e incentivar a sus empleados para que las aprendan. Asimismo, cada individuo debe tener en cuenta sus propios objetivos profesionales, así como sus propias fortalezas y debilidades para poder comprender qué pueden aportar a la empresa y de qué modo hacerlo.

En The Expertise Economy, Palmer y Blake plantean que actualmente, más que nunca, hay muchas herramientas, contenido y tecnologías para ayudar a los individuos a convertirse en los expertos que las empresas necesitan. “Algunas personas prefieren aprender en una estructura universitaria más tradicional, pero otras quieren algo diferente. Esta nueva era ayuda a poner a los estudiantes en el asiento del conductor, dándoles opciones para diferentes maneras de desarrollar nuevas habilidades que los entusiasman y apasionan”, afirma Palmer, y agrega que, para mantenerse competitivas y aumentar su base de talentos, las empresas deben centrarse en el desarrollo de nuevos expertos, en ayudar a todos en su equipo. “La clave es hacer del aprendizaje en el lugar de trabajo una parte integral del trabajo”.