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Cristina Bomchil: “Un CEO tiene que tener el coraje de reinventar los procesos, aunque sean exitosos”

28/8/2018

Cristina Bomchil: “Un CEO tiene que tener el coraje de reinventar los procesos, aunque sean exitosos”

En los nuevos procesos de trabajo, más colaborativos, con estructuras más horizontales, los roles van cambiando. Los CEO no son una excepción. Por eso Talento y Empresa conversó con Cristina Bomchil, fundadora y Directora Ejecutiva de Valuar.

Desde hace más de 45 años, Valuar brinda asesoramiento a diversos tipos de organizaciones, desde grandes multinacionales hasta empresas medianas nacionales y organizaciones de la sociedad civil. Se especializa en búsquedas de altos mandos y CEO, y por eso conoce las necesidades y tendencias nuevas del mercado de RR.HH.

 

Cambian los procesos, ¿también cambian los CEO?

CRISTINA BOMCHIL: Si, van cambiando las características de los CEO, la irrupción de la tecnología hace que tengan que desarrollar nuevas aptitudes en algunas áreas. Más que nunca tienen que tener una mente muy abierta, escuchar las ideas de los más jóvenes, de colaboradores que estén en la base de la pirámide, porque a veces son ellos los que están más en contacto con las tecnologías y las nuevas tendencias. Son menos verticalistas, tienen más empatía y se preocupan más por su gente. Tienen que estar más inclinados a aceptar los fracasos, a impulsar a que la gente proponga nuevas ideas aunque estas fracasen, valorándolo en lugar de castigarlo.

 

¿Qué relación hay hoy entre el saber ya establecido y la novedad?

CRISTINA BOMCHIL: Los procesos son importantísimos para que la empresa funcione bien y a veces es la clave del éxito. Pero si querés innovar, los procesos se van a romper. Entonces hay que tener el coraje para reinventarlos. Por eso cuesta tanto la innovación, porque cuando los procesos son exitosos hay una reticencia a modificarlos. Hay mucha ambivalencia respecto de la innovación, porque hay que estar dispuesto a quebrar con lo que te salía bien.

 

¿Está bajando la edad de los CEO?

CRISTINA BOMCHIL: Para las industrias más tradicionales, no; para las startups y las empresas tecnológicas, sí, porque es la gente con más sabiduría digital y más abiertos a aceptar lo que viene como consecuencia de la tecnología. En estas empresas son CEO a partir de 28 años. En las industrias tradicionales parten de 45 años.

 

¿Qué nuevos liderazgos impulsan estos CEO más jóvenes?

CRISTINA BOMCHIL: Un liderazgo más abierto, más participativo, más cercanos a la gente, generosos en cuanto a la transmisión de la información. Son más bien aprendices, no son sabelotodos. Eso les permite escuchar diferentes voces y tener una mirada más amplia y rica respecto del mercado. Un buen líder no es alguien que conduce equipos sino que inspira equipos; no enseña sino que ayuda a aprender, no transmite información sino que comunica y comparte, trabaja para su gente y no es que la gente trabaje para él.

 

¿Cuál es la descripción del puesto del CEO?

CRISTINA BOMCHIL: El CEO integra todas las áreas de la organización, es el que genera la cultura de la organización, dando el ejemplo y no solo proclamándola. Es el responsable por los resultados de la compañía, por la facturación, los ingresos y la rentabilidad. Es el responsable por el desarrollo de su gente, con la colaboración de quienes reportan a él. Es el que le da una visión a la compañía y arma su estrategia.

 

¿Siguen siendo minoría las CEO mujeres?

CRISTINA BOMCHIL: Sí, siguen siendo minoría pero hoy hay una apertura enorme. Se sabe que la diversidad incide en los resultados de las compañías, esto está estudiado. Pero todavía es lento porque no hay pool de candidatas. Como su crecimiento es más lento dentro de las organizaciones, aunque te pidan una búsqueda para una CEO mujer a veces no la encontrás. Hay una cuestión de educación, hay que inculcar el modelo de ser una profesional independiente, de la posibilidad de escalar en una organización y tener puestos de relevancia. Inculcar el querer ser y el poder ser. Por otra parte, no se trata solo diversidad sino también de inclusión, porque no tenés que traer mujeres o gente diversa solo porque queda bien, sino escuchar a la diversidad.