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Beneficios de dominar el arte de la vocería

3/12/2024

Beneficios de dominar el arte de la vocería

En esta columna, Marina Giménez, International Manager de Urban Grupo de Comunicación da algunas recomendaciones para potenciar las habilidades de expresión y transmisión de ideas en el mundo corporativo.

¿Qué tienen en común los pianistas consagrados con las más excelsas bailarinas, escultores magistrales y atletas de élite? Entrenan. Para perfeccionar su talento y alcanzar el máximo potencial en su disciplina, todos y cada uno de ellos dedican tiempo a entrenar. Ocurre lo mismo con la vocería: en un mundo hiperconectado donde las situaciones de comunicación se multiplican, resulta esencial para los ejecutivos desarrollar y afianzar sus habilidades discursivas. Y que puedan hacerlo con gusto, disfrutando de la actividad con ejercicios novedosos que los incentiven.

A través de un relevamiento regional en redes, en Urban observamos que existe una creciente exigencia de las audiencias para recibir información de manera ordenada y clara, aspectos cada vez más contemplados y valorados. En paralelo, encontramos que existe una mayor toma de conciencia de los voceros corporativos sobre sus propias dificultades para lograr una comunicación directa y precisa, y sobre la importancia de adquirir herramientas que mejoren sus aptitudes frente a variados stakeholders.

Algunas claves del buen vocero

El secreto, decíamos, es entrenar: para ser un buen vocero son fundamentales la preparación, la planificación y el conocimiento. Desarrollar habilidades para transmitir un mensaje que impacte y conecte, navegando distintos tonos para captar la atención de la audiencia, requiere preparación previa. Además, hace falta definir de antemano qué se quiere decir y cuál es el objetivo de esta comunicación estratégica: contar con la información necesaria permitirá que el discurso fluya con mayor soltura y responder de manera efectiva las inquietudes de la audiencia (que puede ser un auditorio colmado, un par de la industria y hasta un contacto en Linkedin).

La preparación, la planificación y el conocimiento redundan en seguridad y credibilidad, características vitales del buen vocero que, al exponer, maneja la situación y controla lo que quiere expresar con calma, aun cuando surjan cuestionamientos o preguntas inesperadas. En este sentido, tener conciencia de la importancia de la comunicación no verbal es vital para lograr una mayor autenticidad y solidez en el mensaje. 

Por último, pero no menos importante, es fundamental tener empatía: conocer y conectar de manera genuina con el público, ofreciéndole mensajes relevantes.

Beneficios de dominar el arte de la vocería 

En Urban desarrollamos el Spokesperson Crossfit, un entrenamiento en vocería intenso y dinámico con estaciones que contemplan, entre otros, ejercicios con preguntas incómodas, elevator pitch, interacciones con stakeholders, el lenguaje de las redes y participación en streaming. La práctica, guiada por profesionales de la comunicación, fortalece todos los músculos del buen vocero para lograr:

- Controlar nuestra comunicación no verbal: postura, lenguaje corporal y confianza gestual.

-Ordenar rápidamente las ideas para que los mensajes fluyan con claridad, naturalidad y de manera concisa, de modo que podamos contarlos incluso en lo que dura un viaje en ascensor.

-Optimizar las interacciones con los medios: desde sortear entrevistas con preguntas capciosas o cargadas de intencionalidad, hasta generar afirmaciones impactantes y lograr titulares contundentes que capturen la atención.

-Aprovechar de manera eficaz las oportunidades de comunicación con cualquier audiencia.

-Sortear con éxito escenarios desafiantes.

-Impactar positivamente en la era digital aprendiendo a comunicar en RRSS.

-Utilizar los datos a favor, ya que incluso los indicadores menos favorables pueden contarse de manera alentadora.

-Gestionar la comunicación en situaciones de crisis con claridad y serenidad.

Manejar las habilidades de vocería es posible, y disfrutar el camino de la práctica también. Las audiencias, agradecidas.