Tips y consejos
8 recomendaciones para conversaciones difíciles
1/9/2024

La oportunidad, la disposición, la flexibilidad y la preparación son las claves que resumen estas propuestas para hablar finalmente esos temas que están perjudicando la dinámica de trabajo.
Para abordar conversaciones difíciles existen algunas estrategias que es bueno tener presente. Lo primero es identificar el tema de conflicto y abordarlo de manera consciente, en lugar de dejar que surja de manera espontánea en cualquier situación. Por eso el primer punto a tener en cuenta es:
Elegir el momento y lugar adecuado: Buscar un momento en que ambas partes puedan hablar sin interrupciones. Es preferible un lugar privado y neutral.
Preparar un plan de acción: Cómo plantear el asunto, cuáles fueron las situaciones que generaron el conflicto, que aspectos podrían resolverlo. También ayuda revisar el plan con alguien en quien confiemos y que nos pueda dar su visión.
Hablar preferentemente en primera persona: Conviene expresar lo que nos pasa a nosotros con el conflicto, lo que observamos, cómo nos sentimos, más que atribuir responsabilidades del problema a nuestro interlocutor.
Ser claro y directo: Es recomendable exponer los puntos de manera directa pero respetuosa. Evitar rodeos o suposiciones, y enfocarse en los hechos y en cómo nos sentimos al respecto.
No ir a la conversación con la intención de ganar: Lo recomendable es ir a la conversación difícil con el propósito de encontrar una solución para ambas partes. Es útil preguntar a la otra persona cómo cree que se podría mejorar la situación y ofrecerle también nuestras propias ideas.
Escuchar, ser empáticos y receptivos: Recibir las opiniones del otro con una mente abierta, aceptar que nuestra visión de las cosas no es la única posible. De hecho, a lo largo de nuestras vidas hemos cambiado nuestras opiniones, así que todo lo que pensamos hoy sigue siendo provisorio. Es interesante comprender las motivaciones que tiene nuestro interlocutor para pensar cómo piensa, para lo que hay que callar y escuchar, especialmente cuando la otra persona expone su punto de vista acaloradamente.
Documentar la conversación: Después de la conversación, es útil hacer un resumen escrito de lo discutido y los acuerdos alcanzados. Esto puede evitar malentendidos en el futuro.
Practicar la autocrítica: Reflexionar sobre cómo llevamos la conversación y qué podríamos mejorar en futuras interacciones difíciles.