En algunas ocasiones hemos atravesado la siguiente situación: un postulante hace su evaluación con cierto convencionalismo, sin manifestar estar padeciendo algún tipo de malestar psicológico (ansiedad, depresión u otros), incluso expresando que no toma  medicación, cuando se lo consulta. Sorpresivamente al momento del examen médico, expresa que se encuentra tomando medicación y alude haber sido diagnosticado con un trastorno del tipo ansiedad, depresión, angustia, o algún otro.

Puestos a pensar en la situación, consideramos que el postulante supone que no podrá eludir al examen médico. Que posiblemente un análisis de sangre y/u orina revele la medicación que está tomando.

Habiendo indagado sobre esto con médicos, nos informamos que no necesariamente esto es así, porque la variedad de medicamentos es tan amplia y los exámenes médicos de los pre-ocupacionales suelen ser tan acotados, que difícilmente esto se develaría en esa instancia. Sin embargo, los postulantes no lo saben y es así como se ven llevados a “sincerarse".

Ahora bien, cuando esto ocurre es frecuente que las empresas que están haciendo los procesos de selección de estos postulantes nos cuestionen respecto de cómo esto no apareció en nuestras evaluaciones psicotécnicas. Analizando protocolos en los que esto pasó, vemos que generalmente apareció algún tipo de inestabilidad emocional, pero que impresiona como “poca” para alguien que ha tenido que recurrir a la medicación frente a síntomas del tipo angustia, ansiedad, stress, depresión, etc.

Investigando sobre el tema, nos encontramos con que la ingesta de algún tipo de ansiolítico antes de una evaluación psicotécnica puede enmascarar el grado de inestabilidad emocional que un postulante puede estar atravesando en ese momento. Así como le permite conducirse con mayor tranquilidad en la cotidianeidad, le permite atravesar un proceso de evaluación sin evidenciar signos marcados. Hacemos referencias a casos en los que la estructura de personalidad está coyunturalmente desequilibrada y no a estructuras de personalidad con grandes desórdenes.

Si bien puede aparecer algún indicador, generalmente no suelen ser lo suficientemente llamativos, por lo que el resultado de la evaluación puede resultar en un apto para el puesto. Esto pareciera impresionar como un límite de las técnicas de evaluación.

Hemos tenidos experiencia con otros casos, en los que sabíamos de la ingesta del alcohol del evaluado y esto tampoco aparecía con precisión en las técnicas. Encontramos en estos casos mecanismos psicológicos del tipo de la evitación, indicadores de deficiente manejo de las situaciones frustrantes, y otros en esta línea, pero no hubiéramos podido concluir que el postulante estaba tomando más alcohol de lo socialmente aceptado.

Sin embargo, en casos de alcoholismo donde la ingesta llevaba años, esto era contundentemente evidenciado en las técnicas de evaluación psicológica. A diferencia de los primeros consumidores “recientes o leves”, en estos el alcohol ya había hechos estragos en el psiquismo, generando un deterioro evidente en las técnicas de evaluación.

Entendemos que se trata de temas complejos porque los indicadores pueden ser sutiles en uno y otro caso en las técnicas de evaluación. No obstante, tengamos en cuenta que en los casos graves esto va a evidenciarse porque las evaluaciones apuntan a aspectos estructurales de la personalidad. En los casos a los que hacemos referencia, la experiencia no llevó a encontrarnos con crisis coyunturales o recientes en personalidades bien estructuradas.

Por supuesto, esto no implica concluir que el evaluado necesariamente logrará superar la situación y podrá dejar de tomar  psicofármacos o que no se agravará su relación con el alcohol. De hecho, sabemos que en ambos casos se trata de sustancias adictivas y que sus efectos pueden resultar, en ocasiones, sumamente devastadores.

Y es acá donde las organizaciones nos interpelan, porque parece insuficiente lo que podemos aportar al momento de la evaluación. Nosotros mismos nos cuestionamos, buscamos más evidencias en el material cuando algo de esto acontece. A veces surge algún indicador, alguna señal a la que no supimos darle la relevancia suficiente, pero generalmente son sutilezas: nos encontramos en un terreno donde queda mucho por investigar.

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